Velvet Marino/Amyloodinium ocellatum: Una discusión de esta enfermedad y sus tratamientos disponibles

Traducción: Edgar Valencia-Morales


Amyloodinium ocellatum, más conocido como velvet marino (enfermedad de tercioplo marino), es uno de los patógenos más frecuentemente encontrados que afecta peces tropicales marinos de ornato (Joshi, 2003, Michael, 2002, y Fenner), y también representa un gran problema para la industria alimenticia (Cobb, Levy, & Noga, 1998, Montgomery-Brock et al, 2001, Noga & Levy, 1995, CTSA, Univ. of Florida and Schwarz & Smith). En consecuencia, se ha realizado mucha investigación acerca de su control y erradicación. Dado que la investigación científica ha incluido el estudio de los tratamientos contra la enfermedad, es una verdadera fortuna para aquellos a quienes nos interesan los peces marinos ornamentales.

Amyloodinium ocellatum es un dinoflagelado. Piensen en un tipo de alga parasítica unicelular con características de planta y animal, con dos flagelos que sacude para moverse. Su designación taxonómica es algo compleja; los botánicos prefieren llamarlo un alga, mientras que en años pasados los zoologos han argumentado que es un protozoario. Amyloodinium se clasifica ahora como un dinoflagelado en el Reino Protista, algo así como entre planta y animal siendo fotosintético y a la vez móvil. De cualquier manera, Amyloodinium ocellatum tiene un ciclo de vida complejo, similar al de Cryptocaryon irritans (ich marino), Icthyopthirius multifilis (ich de agua dulce) y al de especies del género Piscinoodinium (terciopelo de agua dulce).

La etapa de este parásito que se alimenta se llama trofonte. Se le encuentra pegado al pez a través de rizoides, que son estructuras semejantes a raices que el parásito usa para penetrar, sujetarse y alimentarse de su huésped. Una vez que el trofonte madura y crece a un díametro promedio de entre 80-100 micrómetros (Schwarz & Smith) a un máximo de 350 micrómetros (Noga & Levy, 1995) (como referencia, los trofontes de Cryptocaryon irritans han medido hasta 452 µl (Colorni & Burgess, 1997) debe de ser µm, el texto está mal en el original N del T), se despega de su hospedero, se enquista y forma la etapa llamada tomonte. Entonces comienza el proceso de división reproductiva. Un tomonto se divide repetidamente hasta que hay 256 descendientes esperando. Puede completar este proceso bastante rápido, en tan poco como 3-5 días a temperaturas de 72-77ºF (22-30 ºC N del T.). cuando las divisiones se detienen, el quiste eclosiona y libera las diminutas dinosporas, que miden entre 12-15 µl de diámetro (debe de ser µm, el texto está mal en el original N del T). En contraste con Cryptocaryon irritans cuyos terontes libres nadadores sólo son viables por un día o dos, las dinosporas permanecen infectivas por al menos 6 y probablemente hasta 15 días.

Ocasionalmente, un reporte describe el descubrimiento de tomontes de Amyloodinium ocellatum en el estómago, intestinos o esófago de un pez. Quiero dejar claro que esto no significa que se haya demostrado que el velvet marino presenta una fase latente, o que puede escapar al tratamiento escondiendose en el interior del hospedero. Mas bien, se cree que estos tomontes se desarrollaron en algún lugar y simplemente fueron consumidos posteriormente por el pez (Noga & Levy, 1995).

Debido a su ciclo de vida, una recomendación general ha sido cuarentenar cualquier nueva adquisición por 20 días para evitar introducir la enfermedad (Noga, 2000 and Trevor-Jones, 2004), pero yo recomiendo a los aficionados aislarlos por al menos un mes completo, siendo óptimo 6 semanas, por varias razones. La primera razón es la uniformidad. Dado que al menos va a tomar un mes saber si su nueva adquisición está libre de Cryptocaryon irritans, simplemente es mejor acostumbrarse a una larga cuarentena. Segundo, los signos de esta infección no son obvios y, en mi opinión, la mayoría de los acuaristas fácilmente los pierden. Un mes completo de o más de cuarentena deben dar un tiempo suficiente para notar la infestación, o si no notan los síntomas, el pez probablemente estará muerto al fin del periodo de cuarentena.

Los signos del velvet marino son sutiles. Las dificultades respiratorias parecen ser uno de los signos más comunes. Otros síntomas son descenso o pérdida completa de apetito, frotarse contra objetos en el acuario, comportamiento natatorio errático, y una cubierta polvosa o aterciopelada, de donde la enfermedad obtiene su nombre. Amyloodinium ha mostrado su preferencia para primero atacar el tejido de las agallas de los peces, así que una vez que se esparce por el cuerpo, yo considero que el pez está muy infectado y quizá más allá del punto de esperanza de recobre.

Habiendo escrito dos partes acerca del tratamiento de Cryptocaryon irritans (ich marino) y reconociendo que se comparten muchos tratamientos con Amyloodinium, no voy a perder tiempo retomando lo que ya discutí. En lugar de eso, les recomiendo familiarizarse con mis artículos previos acerca de las opciones de tratamiento para Cryptocaryon irritans que localizan aquí y aquí (las traducciones las encuentran en la sección de traducciones al español N del T). Esto me permitirá moverme más a profundidad, en algunos de los tratamientos específicos más interesantes contra Amyloodinium ocellatum.

Opción de tratamiento 1: Inmunidad Natural

Como con Cryptocaryon irritans, se ha demostrado que los peces pueden desarrollar inmunidad a Amyloodinium ocellatum después de varias exposiciones no letales y que la inmunidad puede durar al menos 6 meses (Cobb, Levy, & Noga, 1998). En una prueba, peces payaso tomato (Amphiprion frenatus) fueron expuestos en contenedores una vez por semana a 40,000 dinosporas por pez durante 30 minutos. Después se les movió a acuarios separados por tres días. En ese punto, a cada pez se le dió un baño de agua dulce por 3 minutos antes de ser transferidos a un acuario de recuperación. Cada acuario de recuperación tuvo una concentración de cobre mantenida a 0.15-0.20 mg/l para curar la infestación. Los peces se mantuvieron ahí por una semana para darles tiempo a recuperarse. Después de eso, el proceso se repitió con otra exposición seguida por tratamiento.

Después de 14 días, un número significativo de peces en el experimento mostró una respuesta inmune y después de 28 días todos menos un pez en el estudio estaba completamente libre de trofontes. Lo que encontré más interesante fue el modo de defensa. Los peces inmunes siguieron siendo susceptibles a las dinosporas, pero por alguna razón desconocida, los trofontes nunca crecieron, y se cayeron de sus hospederos prematuramente. Se propuso que la respuesta inmune de los peces incorporó un "mecanismo antitrofonte" por el cual un pez hospedero que había adquirido inmunidad podía "rechazar los trofontes o al menos retrasar severamente su desarrollo." Los autores entonces proponían, como modo de protección para las instalaciones de acuacultura, agregar intencionalmente peces inmunes para retrasar la infección de peces que no habían sido expuestos. Dado que ambos serían susceptibles a ataque, el pez inmune serviría de señuelo para disminuir el total de dinosporas en el ambiente. Esto se esperaba sometería a los peces no inmunes a infecciones subletales con dinosporas y les daría más tiempo para desarrollar resistencia a los parásitos.

La última información interesante originada de este estudio concierne a la especificidad de la inmunidad. Mientras que los autores no realizaron ningún experimento para probar si esta respuesta inmune podría trabajar sólo contra Amyloodinium ocellatum, tuvieron una infestación inesperada de Cryptocaryon irritans, que mató peces resistentes y que no fueron expuestos, Esto sugiere que cualquier inmunidad adquirida es parásito específica. Esta debería ser una llamada de advertencia para aquellos de ustedes que todavía no se convencen de la necesidad de la cuarentena como tratamiento preventivo. Es mejor prevenir que lamentar y aún profesionales con años de entrenamiento en patología de peces algunas veces cometen errores seleccionando peces teóricaente sanos. ¡Cuarentenen, cuarentenen, cuarentenen!

Mientras que pudiera parecer que la inmunidad natural es la solución contra la enfermedad, definitivamente no confiaría en ella. Muchas veces he leido en varios foros que los problemas de enfermedades se relacionan a estrés y por tanto si eliminamos los estresantes, el sistema inmune de los peces se hará cargo de la infección. El consejo dice algo como: "Alimentenlos bien y mantengan una calidad de agua óptima y sus problemas desaparecerán." Mi experiencia me ha mostrado, desgraciadamente, que no tomar una posición activa condenará a su pez. En mi experiencia, Amyloodinium ocellatum siempre ha actuado rápido y de manera letal sin detección temprana y tratamiento. Esperar a que la inmunidad natural trabaje será inútil en mi opinión. Recuerden que en los experimenos los peces fueron expuestos repetidamente y después curados con baños de agua dulce y cobre. Y, que no fue sino hasta después de exposiciones múltiples y tratamientos subsecuentes que la inmunidad dió a los especímenes de prueba protección completa. Además, hablamos de parásitos aquí. Todo el estrés del mundo no puede hacer que un parásito aparezca de la nada. Sería como decir que si uds. tienen estrés en su vida, desarrollarán de manera espontánea lombrices. Eso no hace sentido y tampoco lo hace un argumento similar acerca de los peces y sus parásitos.

Opción de tratamiento 2: Cobre

El cobre está disponible facilmente, es barato y ha probado ser efectivo. Estos atributos lo hacen el químico más comunmente usado para el tratamiento de este parásito en los Estados Unidos (Noga, 2000, Trevor-Jones, 2004, y Univ. of Florida). Pero a pesar de todoas sus ventajas, el cobre puede ser problemático. Tiene un rango estrecho de efectividad; demasiado puede ser letal para el pez, demasiado poco es inservible. Requiere medición y adición diaria y en ocasiones dos veces al día para mantener la cantidad adecuada, lo que lo hace un prospecto de arduo trabajo. No obstante, es barato, funciona y se le puede hallar en casi cualquier tienda de peces, así que probablemente será la opción de tratamiento por algún tiempo.

Opción de tratamiento 3: Difosfato de Cloroquina

El difosfato de cloroquina es un tratamiento contra Amyloodinium ocellatum que es efectivo y seguro. Una sola dosis de 5-10 mg/l liberará al pez de la infestación en 10 días (Noga & Levy, 1995). Suena bien, pero tiene algunas desventajas. Primero, es dificil de hallar. Sólo conozco una compañía que vende esta droga para la industria acuriófila, Aquatronic's Marex. Mientras que se dice que es seguro para los peces, "es altamente tóxico para las micro y macro algas y varios invertebrados" (Noga & Levy, 1995). Así que, al igual que el cobre, es otro tratamiento que no puede ser empleado en el tanque de exhibición.

¿He mencionado ultimamente la importancia de tener y usar un tanque de cuarentena? Consigan uno y úsenlo. Pobres ATJ, SAT, oama, y los otros que son bastante activos en el Foro de enfermedades de Reef Central deben de estarse volviendo locos respondiendo todos los correos que a diario aparecen ahí. Yo lo sé porque raramente leo los correos ahí porque son muy frustrantes y descorazonadores. Generalmente dicen algo como: " Hice exactamente lo que cualquier autoridad en esta afición recomienda no hacer. Aventé este nuevo pececito en el tanque sin cuarentenarlo. Pero se veía sano y además he mantenido peces marinos por seis meses completitos. Además, el de la tienda que me lo vendió me dijo que estaba sano y que no me iba a engañar sólo para ganarse unos pesos y deshacerse de un pez enfermo. Ahora todos mis peces están enfermos y muriendo. No tengo tanque de cuarentena y aunque lo tuviera, no creo poder atrapar todos mis peces para darles tratamiento sin desbaratar todo mi tanque. ¿Qué hago ahora?¡Por favor ayúdenme!¡No quiero perder todos mis peces!" Si los tanques de cuarentena fueran algo común en esta afición, no tendríamos tantas pérdidas de animales y de gente desertando del acuarismo cada año.

Opción de tratamiento 4: Baños en agua dulce

Un baño en agua dulce que dure cinco minutos ha mostrado que causa la separación de la mayoría, aunque no de todos, los trofontes de un pez infectado (Noga, 2000 and Noga & Levy, 1995). El problema acerca de los baños de agua dulce es que no hacen nada respecto a los tomontes enquistados y las dinosporas nadadoras que ya existen en el acuario de arrecife. Aunque tuvieran suerte, y el baño fuera 100% efectivo, su pez se reinfectaría al reintroducirlo en el acuario infestado.

Aunque no son completamente efectivos, Los baños de agua dulce pueden ser útiles. La razón es que, pueden emplearse para darle a un pez infectado algo de alivio inmediato al eliminar algunos de sus parásitos previo al empleo de otra opción de tratamiento para obtener una cura completa. Los baños de agua dulce también pueden ser una herramienta efectiva para diagnosticar una infeccion de Amyloodinium ocellatum. Un protocolo detallado para la identificación adecuada del terciopelo marino usando baños de agua dulce se puede encontrar aquí. Es posible usar el baño de agua dulce como una cura en sí misma (Montgomery-Brock et al, 2001). Simplemente darle al pez un baño de unos cinco minutos y transfiriéndolo despues a un tanque nuevo y limpio. Repitan este procedimeinto cada tres días un total de tres veces. Para el final de este tratamiento, el pez debe estar libre de parásitos. Debo decir que soy reluctante a mencionar este protocolo. Mientra que puede funcionar, en mi opinión es muy estresante para el pez. En este caso, podría decir que la cura es tan mala como la enfermedad. Sin embargo, eso no es decir que son tan estresantes que carecen de mérito. Yo uso y recomiendo baños de agua dulce como una herramienta de diagnóstico como mencioné arriba y para proporcionar alivio inmediato a un pez infectado. Solo prefiero no usarlos repetidamente como una cura.

Opción de tratamiento 5: Formalina

La formalina, una solución de formaldehído gaseoso en agua, es un tratamiento controversial para Amyloodinium ocellatum. Algunos estudios han mostrado que la formalina forza a los trofontes a despegarse de los peces, permitiendo transferirlos a un acuario libre de infestación (Paperna, 1980 and Paperna, 1984). Esto es similar al uso de baños de agua dulce y transferencia de tanques mencionados en la opción anterior. La formalina a 150 ó 200 ppm causa el despegue en 6 horas. Trabaja también en 9 hrs de exposición a 100 ppm. Pero si al pez se le da un baño en formalina y se le regresa al acuario infestado, se reinfectará facilmente.

Si me dan a escoger entre los dos, prefiero el baño de agua dulce. Por una razón, no tienen que correr a la tienda local para buscar formalina. Un baño de agua dulce, agua declorinada y buffer, cosas que deben estar facilmente a mano para cualquier acuarista, son lo que se necesita. Además, la formalina es un compuesto bastante malo. Se ha demostrado que causa cancer en experimentos con ratas de laboratorio, y puede causar daño a los pulmones en humano (Noga, 2000). Por eso sólo recomiendo usar formalina en áreas bien ventiladas.

La formalina tiene un rango extraño de efectividad respecto a las varias etapas del ciclo de vida de Amyloodinium ocellatum. Forza a los trofontes a carse, pero no detiene su paso a tomontes. A una concentración de 200 ppm, puede inhibir temporalmente la división y formación de dinosporas, pero la reproducción comienza de nuevo si se remueve la formalina. Es, en consequencia, no muy efectivo contra los tomontes enquistados, pero efectivo contra las dinosporas una vez que eclosionan (Noga, 2000). Como una alternativa al método de baño y transferencia, uno podría mantener la exposición a formalina hasta que todos los trofontes y tomontes han formado dinosporas, pero eso requeriría exposiciones continuas del acuarista y el pez a la droga.

Opción de tratamiento 6: Hiposalinidad

Mientras que la hiposalinidad es un tratamiento que se recomienda frecuentemente contra el Ich marino/Cryptocaryon irritans, contra el terciopelo marino /Amyloodinium ocellatum es poco probable que sea útil. Amyloodinium ocellatum puede sobrevivir en un rango más amplio de ambientes que Cryptocaryon irritans. Una salinidad de 16 ppt durante 28 días es recomendada para matar Cryptocaryon irritans (Noga, 2000), pero Amyloodinium ocellatum ha sido encontrado en salinidades de 3 a 45 ppt (Noga, 2000), con su rango óptimo para reproducción entre 16.7 - 28.5 ppt (Univ. of Florida). Claramente, bajar la salinidad no va a ser efectivo.

Quiero dejar al lector con una pequeña nota del uso de salinidad para combatir Cryptocaryon irritans antes de continuar. La hiposalinidad ha sido extremadamente efectiva contra Cryptocaryon irritans y probablemente lo siga siendo durante un tiempo. Pero, investigaciones recientes han sugerido que el rango de salinidad para el parásito se ha extendido. Sugiero que lean el artículo de Terry Bartelme aquí al respecto de la adaptabilidad del parásito en ciertas localidades.

Opción de tratamiento 7: Combinación terapéutica de Acriflavina, Aminoacridina, y Formalina

Este es uno de los medicamentos de entrada más reciente al mercado. Su propaganda más famosa es que es una alternativa segura para arrecife. De hecho, la etiqueta en la parte posterior usa el término "seguro para arrecife" y ademas proclama "seguro para todos los peces (incluidos peces sin escamas), plantas, corales e invertebrados. No afecta la biofiltración." Los ingredientes activos son enlistados como Acriflavina, aminoacridina y formalina. Discutámolos en orden.

La acriflavina trabaja contra algunas infecciones bacteriales, fungales y parasíticas (Noga, 2000). Incluso encontré una referencia acerca de la acriflavina trabajando a 6 ppm contra la reproducción de tomontes (Paperna, 1984). Ese es el lado positivo. El lado negativo es que no es tan efectiva como otros agentes contra cualquier tipo de infección, ya sea fungal, bacterial o parasítica (Noga, 2000). También colorea el agua, lo cual es particularmente problemático en un acuario de arrecife con organismos fotosintéticos que requieren luz para producir energía y puede ser tóxico para algunos peces (Gratzek et al, 1992). Su toxicidad potencial para algunos peces no va bien con su uso en un ecosistema complejo como un acuario de arrecife maduro. Junto con eso, su naturaleza de amplio espectro (i. e. puede matar algunas bacterias, hongos y parásitos) me preocupa acerca de su uso en un acuario de arrecife.

No fui capaz de encontrar esta información acerca de tratar enfermedades en peces con aminoacridina. Era uno de los ingredientes que Tetra ya descontinuó de Oomed, que se decía funcionaba contra Amyloodinium ocellatum. Fuera de eso, encontré información perturbadora en variso artículos científicos respecto al uso de esta droga como mutágeno (Medical Dictionary Online y SCIRUS). Más aún, en pláticas con Anthony Calfo acerca de oomed, recordó algunas preocupaciones de acerca del componente aminoacridina cuando estaba disponible. Me contó acerca de la preocupación que le expresaron en un curso de patología de peces para acuaristas en la Universidad de Georgia, acerca del potencial de la aminoacridina para reducir la capacidad reproductiva de los peces. Esto fue específicamente acerca de la cria de peces Angel y discos de agua dulce (Pterophyllum scalare y Symphysodon spp. respectivamente), así que no estoy seguro de cómo se relacionaría con los peces de agua salada e invertebrados, pero creo que debería darles una pauta.

Finalmente, está el factor formalina. En la opción de tratamiento 4 discutí acerca de la efectividad limitada de la formalina contra Amyloodinium ocellatum. La formalina es, sin embargo, tóxica contra algas y plantas macrophytas (Noga, 2000), lo que en mi mente definitivamente causa dudads acerca de su uso en un acuario de arrecife.

Antes de que me pueda sentir a gusto usando esta terapia combinada en mi acuario, necesito ver evidencias documentadas de su efectividad contra Amyloodinium ocellatum y más importante, pruebas toxicológicas asegurándome que es seguro para los habitantes de mi acuario. No encontre ninguna de las dos. Si alguien sabe de algun dato, por favor siéntase libre de mandar un mensaje a mi foro de autores. Estaré encantado de verlo. Minetras tanto, sé que no lo voy a usar.

Opción de tratamiento 8: Acido ascórbico

Este es otro medicamento que dice ser una cura segura para arrecife contra el terciopelo marino. El paquete dice (por favor sean buenos conmigo porque el paquete tiene una traducción por el fabricante bastante pobre del Alemán al Inglés y además usa el nombre viejo de Oodinium para este parásito). "Elimina para Oodinium en agua salada. Seguro con invertebrados y algas. Para mejor resultado complete el programa de tratamiento. Remueva carbón y otros filtros químicos. Filtre mecánicamente sobre una fibra o esponja. No use ozono o esterilizadores UV o un espumador. Las bacterias nitrificantes no serán dañadas sino reprimidas. Después del tratamiento siga un cambio parcial de agua y use Axxxxxxx Bxxxxx para re-vigorizar las bacterias nitrificantes." El bote también señala el inrediente activo como ácido ascórbico. Si no saben lo que es el ácido ascórbico, quizá han oído el nombre más común, vitamina C. No pude hallar ninguna referencia acerca del uso de ácido ascórbico o vitamina C para combatir Amyloodinium ocellatum en ninguno de los artículos o textos de peces que he leido. En la ausencia de estudios científicos documentados confirmando la efectividad de este tratamiento, soy renuente a recomendar su uso. Es posible que hay perdido algún estudio confirmando su validez, así que si alguien conoce alguno, por favor hágamelo saber en mi foro de autores. Hasta ese entonces, no puedo recomendar su uso.

Opción de tratamiento 9: Esterilización ultravioleta

La radiación ultravioleta puede matar las esporas infecciosas libre nadadoras de Amyloodinium ocellatum (Noga, 2000), pero sus usos como cura contra ella tienen los mismos problemas que su uso contra Cryptocaryon irritans. Por favor lean aquí (la traducción al español ya esta en el foro en la sección de traducciones) para esa discusión si lo desean. Baste con decir que los aparatos de UV pueden ser útiles para controlar la dispersión de la enfermedad de un tanque a otro en las instalaciones comerciales que usan un sistema de filtración central, pero es poco probable que curen o aún que controlen la dispersión de los parásitos de pez en pez en un acuario de exhibición.

Opción de tratamiento 10: Ozono

No tengo mucho que decir acerca del ozono. Es similar al UV, ya que la mayoría de la gente que lo usa para curar la enfermedad y prevenirla, lo está usando como esterilizador. En mi opinión, sin embargo, podría ser ligeramente más efectivo que el UV porque el ozono no presenta tantos problemas de mantenimiento como el UV, descenso de efectividad conforme la lámpara se usa, o si se desarrolla una película sobre la envoltura de cuarzo que bloquea la penetración de UV en el agua que fluye por la unidad. Con un generador de ozono acoplado a un monitor o controlador de ORP, el usuario puede seguir la efectividad de el ozono. Baste decir que, el ozono puede emplearse para controlar la dispersión de la enfermedad de un acuario a otro con un sistema de filtración central, pero no contaría con el para efectuar la cura en un tanque de exhibición.

Opción de tratamiento 11: Controles biológicos

Mientras que es una creencia común en varios círculos acuariófilos que varios organismos limpiadores como los lábridos Labroides, los gobios Elacatinus (anteriormente Gobiosoma) y los camarones Lysmata, pueden ayudar a curar enfermedades como Cryptocaryon irritans y Amyloodinium ocellatum, tales creencias no tienen fundamentos. Aunque discutí esto en más detalle en mis artículos de tratamiento contra ich marino, señalaré los puntos importantes otra vez aquí. Ni Cryptocaryon irritans ni Amyloodinium ocellatum se hallan comunmente en la naturaleza, por lo que es razonable que ningún organismo haya evolucionado para alimentarse de un parásito que se encuentra rara vez. Además, ha sido demostrado que los gobios Elacatinus y los lábridos se alimentan casi exclusivamente de isópodos gnáthidos en la naturaleza, así que las probablilidades de que ayuden a combatir parásitos en el acuario son remotas Labroides. Además, los peces limpiadores son tan susceptibles a la infección como los peces que se supone van a ayudar. Uno de los primeros síntomas de un pez enfermo es su falta de apetito, lo que haría a los peces limpiadores inútiles.

Opción de tratamiento 12: Peróxido de hidrógeno (agua oxigenada N del T)

Esta es una de las ideas más nuevas para tratar Amyloodinium ocellatum y en mi mente, una de las más interesantes y promisorias. Los primeros estudios usaron 20 juveniles de el aleta de hilo del pacífico (Polydactylus sexfilis) que sufrían de una infección de Amyloodinium ocellatum. Se separaron aleatoriamente en cuatro tanques abiertos. Un tanque fue el control y no recibió tratamiento. Los peces control se examinaron y se encontró que tenían en promedio 16.6 ± 16.2 trofontes por biopsia de agalla. Los peces a ser tratados se sometieron a varios niveles de peróxido de hidrógeno se examinaron y se encontró que tenían un promedio de 35.6 ± 38.7 trofontes por biopsia de agalla. El flujo de agua a los tres tanques de tratamiento se paró y se les dosificó peróxido de hidrógeno a concentraciones de 75, 150, y 300 ppm. Los peces fueron expuestos por 30 minutos y entonces se regreso el flujo de agua para eliminar el peróxido de los tanques. Después de una hora del tratamiento, todos los peces expuestos a 300 ppm habían muerto, pero los peces expuestos solamente a 75 0 150 toleraron bien el tratamiento sin muertes. Los sobrevivientes fueron examinados inmediatamente después del tratamiento y se halló que no tenían parásitos. Se les re-examinó el día siguiente. Los peces tratados seguían libres de infección mientras que los peces no tratados presentaron un incremento en los trofontes contados.

Se hizo otra prueba en las instalaciones donde los peces enfermos fueron obtenidos. Los científicos usaron un tanque de crecimiento que contenía peces infectados con 16.3 ± 13.0 trofontes por biopsia de agalla. Estos peces fueron expuestos a 75 ppm de peróxido por 30 minutos. Un día después de la exposición, el conteo de los trofontes cayó a 4.7 ± 0.6. después de seis días, el conteo fue 1.0 ± 1.0. en este punto, los peces fueron tratados nuevamente con 75 ppm de peróxido por otros 30 minutos. Al día siguiente del segundo tratamiento, no se pudieron hallar trofontes. Dado que los participantes en el estudio estaban inseguros acerca del efecto del peróxido de hidrógeno contra los tomontes, transfirieron a los peces a un tanque limpio en esta ocasión.

Algunas de estas mismas personas prepararon un experimento en crias de Mugil cephalus. Primero estudiaron el efecto del peróxido de hidrógeno en peces sanos. Tres grupos de diez peces saludables fueron expuestos a 75, 50, y 25 ppm por 30 minutos. Después de 24 horas, las tasas de sobrevivencia fueron 20, 50, and 70% respectivamente (así está en el original, creo que los datos están al revés, N del T). Entonces decidieron probar 25 ppm en un gran tanque con larvas. Este tanque tenía 3000 litros de agua y aproximadamente tres peces por litro. La instalación había presentado 200-1000 muertes/día a causa de Amyloodinium ocellatum por una semana previa a la prueba en este tanque, mientras que la mortandad normal debería de ser 0.002%. Los peces se trataron por 30 minutos con 25 ppm de peróxido. Después de 3 días de exposición, la mortalidad bajó a menos de 10/día.

Ahora, antes de que vayan corriendo a su botiquin, por favor recuerden que este tratamiento es en el major de lso casos experimental. Puede sobredosificarse fácilmente y generar mortalidad en masa. Yo esperaría hasta que se hayan hecho más investigaciones acerca de la tolerancia de varios peces marinos ornamentales expuestos a peróxido de hidrógeno. Sólo para dejarlo claro, no estoy recomendando el uso de peróxido de hidrógeno. Si deciden experimentar y usarlo, podrían muy bien estar arriesgando las vidas de cada habitante en su acuario. Lo menciono solamente porque es promisorio, y es algo que hay que tener vigilado para el futuro, cuando se hayan hecho pruebas adicionales. Si arrasan su acuario con este trataiento, no me vengan llorando después.

Opción de tratamiento 13: Lavado y casi obscuridad

Lavado es un término empleado para describir un procedimiento utilizado en acuacultura de peces para alimento cuando una enfermedad parasitaria ataca un sistema acuático abierto. Es simplemente el esfuerzo para hacer un recambio de agua lo suficientemente rápido para interrumpir el ciclo de vida del parásito. Puesto de otra manera, se trata de hacer volar a los parásitos mientras no se encuentran pegados al pez. Esta estrategia es moderadamente exitosa en el mejor de los casos. Las razones son bastante simples. El número de dinosporas nadadoras libres en la columna de agua se diluye con cada cambio de agua, pero solo es eso, una dilución. Hay todavía suficientes de ellas para continuar infectando y reproduciéndose. Además, aunque estén diluídas, continuan multiplicándose y dividiéndose. Podrían pensar que esto se soluciona incrementando la tasa de recambio, pero es imposible cambiar el 100 del agua (y las dinosporas) de esta manera. El libro de Escobal "Aquatic System Engineering" da una excelente explicación acerca de esto, si quieren revisar las matemáticas detrás de esta afirmación.

Así que. ¿Por qué se usa este método en primer lugar? Bueno, porque es conveniente y facil. Agua marina es bombeada dentro de la instalación principal; incrementar la tasa de recambio es sólo un asunto de acelerar las bombas. También, intentar un tratamiento quimioterapéutico sería dificil en un sistema abierto por la constante dilución del agente químico.

Así que, ¿este método es un fracaso total? No, no realmente. Algo de investigación ha sugerido modificar esta técnica para un mayor éxito, y esta es la razó por la que los quise discutir (Montgomery-Brock & Brock, 2001). En experimentos con el aletas de hilo del Pacífico en Hawaii, los científicos trataron la técnica del lavado, pero con un cambio: cubrir los carriles donde estan los peces para reducir la iluminación hasta casi total obscuridad. La idea es que la baja luz sería desfavorable para las algas. Esto a su vez les quitaría a los tromontes un sustrato de donde adherirse, dejándolos sin ningún asidero, por lo tanto facilitando su lavado al mar.

Las primeras pruebas usaron 26 peces moderadamente infectados obtenidos de una granja piscícola que tenía dificultades con Amyloodinium ocellatum. Estos individuos se dividieron en dos grupos iguales. Los peces expuestos a luz solar mostraron un incremento en las cuentas de tomontes, mientras que los mantenidos en obscuridad las disminuyeron. Después de este tratamiento, las granjas con problemas cubrieron varios de sus carriles y estos tuvieron un descenso dramático en las mortalidades comparado con los carriles iluminados. Subsecuentemente, esta granja cubrió todo y ha operado desde entonces sin una epidemia de Amyloodinium ocellatum.

La razón por la que quería contar esta historia es expandir una idea que presenté en mi primer artículo acerca de Cryptocaryon irritans, con respecto a cuarentenar los organismos. Prefiero usar un tanque de fondo desnudo y cambios de agua diarios para todos los peces después de su llegada. Esto facilita la limpieza, pero también ha demostrado ser inhospitalario para los tomontes de Cryptocaryon irritans. La investigación mencionada dá fuerza adicional al argumento de que usar un ambiente artificial, como un tanque de vidrio desnudo, para la cuarentena disminuye la probabilidad de enfermedad. Esto también va en contra de la idea de las supuestas propiedades sanatorias mágicas de un bello, saludable y natural tanque que pueden curar aún un pez sospechoso. En realidad, tal tanque realmente ofrece a los parásitos un lugar perfecto para reproducirse; infinidad de sustratos para adherirse y una pletora de huéspedes potenciales confinado en un cuerpo de agua relativamente pequeño.

Mientras que unas personas señalan el número importante de animales filtradores presentes en un acuario marino maduro y argumentan que son depredadores bastante eficientes de una gran variedad de planckton, que incluirían las etapas intermedias libre nadadoras de los parásitos de los peces, la experiencia ha mostrado una y otra vez que esta no es una solución confiable. Mientras que traer a casa un animal sospechoso y colocarlo en un acuario saludable funciona a veces, es igualmente probable que no funcione y se infecte todo el tanque. Debo argüir que en muchos de los casos donde parece funcionar, es probable que el el pez enfermo haya sido expuesto y curado del parásito numerosas veces durante la cadena del cuidado. En instalaciones comerciales, con una constante llegada de animales, es rutinario tener epidemias que necesitan tratarse. Si esto le ocurre varias veces a un pez particular mientras hace su ruta del arrecife a casa, eventualmente generará inmunidad. Es bastante probable que algunos de estos aficionados reportando peces enfermos recuperándose después de ponerlos a su acuario, no son más que ejemplos donde la inmunidad natural adquirida finalmente trabaja. En este escenario, la salud o falta de ella del contenedor final es irrelevante. Será solamente cuestión de tiempo, exposición y tratamientos por alguien mas los que salvaron al pez y no la experiencia del acuarista o la salud general de su tanque.

Noten que mientras que Amyloodinium ocellatum es un flagelado, emparentado a las algas, los investigadores concluyeron que es incapaz de fotosintetizar y que la falta de luz solar no tiene efecto directo sobre el parásito (Montgomery-Brock com. pers.).

Conclusión:

Espero haber cubierto suficientemente las opciones de tratamiento disponibles para tratar con este parásito. Recomiendo fuertemente a los acuaristas a tomar una actitud activa. Sean estrictos y cuarentenen todas la nuevas adiciones al menos por un mes, preferiblemente más. Mantengan bien vigilados cualquier signo sutil de infección. Y finalmente, estén preparados para actuar rápidamente con un tratamiento probado si se sospecha la presencia de este patógeno en su tanque. En la actualidad, solo el cobre y el difosfato de cloroquina han probado ser efectivos y suficientemente seguros para que los use y recomiende. Tengo esperanza que el peróxido de hidrógeno será estudiado, ya que creo que es la opción de tratamiento segura para arrecife con mayor potencial, pero se necesita experimentación adicional.

Agradecimientos:

Quiero tomar un momento para agradecer a Anthony Calfo, Robert Fenner, Dr. Ron Shimek, y Andrew Trevor-Jones por su recomendación editorial y de contenido.



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Bibliografía:

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http://www.online-medical-dictionary.org/...Aminoacridine

http://www.scirus.com/srsapp/...Aminoacridine&ds=jnl&g=s&t=all




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